Morderse las uñas es una manía frecuente en niños y adultos, la cual puede generar daños en dientes, encías y dedos. Se calcula que alrededor del 25% de los universitarios y el 10% de los adultos mayores de 35 años tienen dicha manía.
Las consecuencias de morderse las uñas saltan a la vista, pero van más allá de la estética ya que puede traer consecuencias perjudiciales para la salud. Las más habituales son daños en las uñas y en piezas dentales, pero las más peligroso son las posibles infecciones en boca y dedos. Los expertos en salud recomiendan detectar desde la infancia esta manía como remedio más efectivo. En los adultos, la fuerza de voluntad, el autocontrol e incluso la asistencia sicológica son los instrumentos para abandonar esta manía.
La onicofagia, nombre con el que se le conoce a dicha costumbre de morderse y comerse las uñas, está asociado a la ansiedad. Morderse las uñas se convierte en una válvula de salida, aunque patológica, para reducir la tensión por un momento.
Dientes, encías y uñas sufren los efectos de la onicofagia, ya que morderse las uñas causa que estas piezas dentales se desgasten y su forma tienda a recortarse. Otra consecuencia es que las uñas no crecen de manera correcta por el continuo mordisqueo al que se someten. A menudo, aparecen inflamaciones de los dedos y dolor agudo. Pero el principal y mayor problema lo generan las bacterias, virus y hongos que capan las manos y uñas, de ahí el riesgo de infección.
La solución definitiva para poner fin a la onicofagia procede del campo de la sicología, pero existen otras herramientas practicas que podemos usar para disminuir o acabar con dicha manía, estas varian su efectividad con el empeño y ganas que le pongamos a superar dicha manía. La primera opcion es poner impedimentos para no llevarse las uñas a la boca, ya sean cintas, tiritas, etc. Una segunda opcion es colocar esmaltes especificos que tienen sabor amargo o desagradable, con el fin de provocar rechazo al intento de llevarse los dedos a la boca. Una tercera opcion es mostrar interes por tenerlas arregladas, limarlas, cortarlas para asi rabajar las ganas de morderlas. Como ultima medida esta la asistencia sicológica, esta persona se encargara de buscar la razon de este hábito y buscara formas de ayudar a superarlo.
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